Los antibióticos de primera línea están perdiendo eficacia. Así lo ha expresado recientemente Margaret Chan, directora general de la OMS, en un encuentro sobre enfermedades infecciosas recogido por el diario Daily Telegraph. El aumento de la resistencia y el escaso arsenal disponible, declaró Chan, podrían llevar a un replanteamiento de la medicina actual.
De unos a esta parte, los fenómenos de resistencia microbiana a la acción de los antibióticos no solo se han caracterizado correctamente, sino que, de forma progresiva, han ido detectándose nuevos y más numerosos casos. Ya no se trata de un único principio activo o de una familia de compuestos, sino que los fenómenos de resistencia amenazan ahora mismo con extenderse a buena parte del arsenal terapéutico disponible.
De proseguir esta alarmante progresión, muchos de los tratamientos quirúrgicos o preventivos deberán ser reescritos para evitar eventuales infecciones, lo cual, además del coste que supone, puede llevar a que algunas terapias sean simplemente inviables.
De acuerdo con datos de la OMS, la mortalidad asociada a patógenos que se han vuelto resistentes a los antibióticos se ha incrementado en un 50% para algunas familias de compuestos.
Las causas de lo que ya empieza a considerarse una crisis sanitaria, son bien conocidas. De un lado, el mal uso en la prescripción y uso de los antibióticos acelera los fenómenos de resistencia. Del otro, la escasa investigación internacional en este ámbito, limita enormemente las posibilidades de atacar determinadas infecciones. Como resultado, según Chan, podríamos acercarnos a una era “post-antibióticos” en la que resultaría enormemente complicado luchar contra enfermedades que hoy se solventan de forma simple.
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