Este miércoles 29 de febrero se celebra el Día Mundial de las Enfermedades Raras. En nuestro país las padecen entre un 6 y un 8% de la población. Visto fríamente, la probabilidad de que a uno le toque es muy baja, pero cuando se vive en primera persona ese mínimo riesgo se convierte en un suceso seguro que cambia la vida. Las personas que padecen una enfermedad rara han participado en el reparto de una baraja de aproximadamente 7.000 distintas, entre las que se incluyen distintos tipos de cáncer.
Como denominador común afectan a menos de 5 personas por cada 10.000 habitantes y por eso se consideran raras, aunque en su conjunto implican a tres millones de pacientes. Sólo se tiene conocimiento médico y científico de unas 1.000, las más frecuentes y el número de afectados por cada una de ellas varía desde menos de una decena a pocos miles y en la mayoría de los casos no existe ningún tratamiento.
Una de estas enfermedades raras o huérfanas es la telangiectasia hemorrágica hereditaria (HHT), un trastorno que vuelve hace a los vasos sanguíneos más susceptibles al sangrado. Se manifiesta como pequeñas manchas moradas –púrpuras- que pueden ser visibles o no, ya que puede aparecer en la cara, lengua o los órganos internos, incluido el cerebro, con el riesgo de graves hemorragias.
Incluso los sangrados “aparentemente más benignos”, como los de nariz, a fuerza de repetirse acaban en anemia, como cuenta, Ángel Relancio, presidente de la Asociación HHT España, en el marco de la Jornada "Investigar es Avanzar", que celebró en CaixaForum Madrid el Centro de Investigación Biomédica en Red de enfermedades Raras (Ciberer).
CUESTIÓN DE GENÉTICA
Relancio vive la HHT en primera persona pero antes que él, la padeció su madre. Ángel, comercial de profesión, está prejubilado. Dos hemorragias digestivas y otros percances relacionados con la patología le han llevado a esa situación. Afortunadamente sus hijos han tenido mejor suerte y han escapado a las leyes de Mendel, aunque tenían un 50% de probabilidades.
La incertidumbre de Ángel respecto a sus hijos es común a otros afectados. “Hay familias con dos y tres hijos afectados”, señala. El 80% de las enfermedades raras son genéticas, frente al 20% restante debe su origen a factores ambientales, a agentes infecciosos o a causas aún desconocidas. De ahí que el estudio genético sea una prioridad, más ahora que resulta más fácil abordarlo tanto económica como técnicamente gracias a la secuenciación masiva del material genético, un proceso eficiente y rápido que permite la evaluación simultánea de gran cantidad de genes.
El Ciberer puso en marcha el programa “genes en enfermedades raras no diagnosticadas” hace once meses. En él trabajan 60 grupos de 28 instituciones distribuidas por todo el país, 27 de ellas en Madrid y 18 en Barcelona, bajo la dirección del Instituto de Biomedicina, de Valencia dependiente del CSIC, con una dotación de 350.000 euros.
LA IMPORTANCIA DE LA INVESTIGACIÓN
«Investigar es avanzar», recogía el lema planteado por el Ciberer. Y un buen ejemplo el ensayo clínico con antioxidantes en la adenoleucodistrofia, una enfermedad neurodegenerativa que se hizo popular por la película “El aceite de Lorenzo”, para la que aún no existe ningún tratamiento eficaz. El equipo de Montserrat Ruiz, investigadora del Ciberer y del Ibidell de Hospitalet de Llobregat (Barcelona) ha desarrollado un modelo de esta patología en ratones que ha permitido seleccionar una combinación de antioxidantes que revierte los síntomas clínicos y frena la degeneración axonal.
Ya se están haciendo ensayos en pacientes, en concreto trece personas, aunque aún es pronto para conocer los resultados. En septiembre de 2013 se podrá saber si este cóctel antioxidante se muestra tan eficaz como en los roedores. El ensayo, que se lleva a cabo en la variante adulta de la enfermedad, supone también una esperanza para la adenoleucodistrofia infantil. Aunque el tratamiento, advierte Ruiz, no es curativo: “Se pretende que los pacientes sigan estables o mejoren, pero la mutación estará presente el resto de su vida. Pretendemos tener varias terapias antioxidantes para irlas cambiando cada uno o dos años”. Este esperanzador resultado es fruto de veinte laboriosos años de trabajo de investigación básica de la que ahora podrían beneficiarse los pacientes.
UN RESQUICIO DE ESPERANZA
Gracias a la investigación, pacientes como Ángel Relancio pueden tener un resquicio de esperanza. En 2010, el CSIC, en colaboración con el Instituto de Formación e Investigación Marqués de Valdecilla, obtuvo la designación del raloxifeno (un fármaco empleado contra la osteoporosis propia de la menopausia) como medicamento huérfano para el tratamiento de la HHT. Carmelo Bernabéu, es uno de los investigadores que dirigió la investigación. El hallazgo fue casual en un grupo de afectadas en edad postmenopáusicas a las que el doctor Zabarrieta administró el fármaco.
Vio que además frenaba las hemorragias nasales. La eficacia de este fármaco para su nuevo uso fue probada en un ensayo clínico, realizado en dos series y con un total de 30 afectados, en el Hospital de Sierrallana, en Torrelavega, centro de referencia de la enfermedad en España según la Fundación Internacional de HHT. El siguiente paso es “hacer un ensayo clínico a mayor escala, multicéntrico, que implique a pacientes de otros países porque obviamente no hay suficientes en España. Estamos tratando de conseguir financiación”, explica el doctor Bernabéu.
ENSAYOS CLÍNICOS: CARRERA DE OBSTÁCULOS
Los ensayos clínicos tampoco son fáciles de llevar a cabo. El bajo número de afectados hace que sea difícil reclutar a los pacientes. Otra dificultad es que requieren diseños especiales. A esto hay que añadir la incertidumbre sobre sus resultados, como señala Teodoro del Ser, director médico de Noscira. Sin embargo, añade, proporcionan información muy valiosa y abren expectativas terapéuticas para enfermedades que carecen de tratamientos eficaces y no que no son necesariamente raras. Es lo que ocurre con la parálisis supranuclear progresiva (PSP) una patología neurodegenerativa que presenta varias coincidencias con el alzhéimer. El ensayo de un fármaco de Noscira que se lleva a cabo en 24 centros de cuatro países ha permitido diseñar también otro ensayo para ver la eficacia del medicamento en la enfermedad de Alzhéimer.
FUENTE: ABC Periódico Electrónico S.A.
Como denominador común afectan a menos de 5 personas por cada 10.000 habitantes y por eso se consideran raras, aunque en su conjunto implican a tres millones de pacientes. Sólo se tiene conocimiento médico y científico de unas 1.000, las más frecuentes y el número de afectados por cada una de ellas varía desde menos de una decena a pocos miles y en la mayoría de los casos no existe ningún tratamiento.
Una de estas enfermedades raras o huérfanas es la telangiectasia hemorrágica hereditaria (HHT), un trastorno que vuelve hace a los vasos sanguíneos más susceptibles al sangrado. Se manifiesta como pequeñas manchas moradas –púrpuras- que pueden ser visibles o no, ya que puede aparecer en la cara, lengua o los órganos internos, incluido el cerebro, con el riesgo de graves hemorragias.
Incluso los sangrados “aparentemente más benignos”, como los de nariz, a fuerza de repetirse acaban en anemia, como cuenta, Ángel Relancio, presidente de la Asociación HHT España, en el marco de la Jornada "Investigar es Avanzar", que celebró en CaixaForum Madrid el Centro de Investigación Biomédica en Red de enfermedades Raras (Ciberer).
CUESTIÓN DE GENÉTICA
Relancio vive la HHT en primera persona pero antes que él, la padeció su madre. Ángel, comercial de profesión, está prejubilado. Dos hemorragias digestivas y otros percances relacionados con la patología le han llevado a esa situación. Afortunadamente sus hijos han tenido mejor suerte y han escapado a las leyes de Mendel, aunque tenían un 50% de probabilidades.
La incertidumbre de Ángel respecto a sus hijos es común a otros afectados. “Hay familias con dos y tres hijos afectados”, señala. El 80% de las enfermedades raras son genéticas, frente al 20% restante debe su origen a factores ambientales, a agentes infecciosos o a causas aún desconocidas. De ahí que el estudio genético sea una prioridad, más ahora que resulta más fácil abordarlo tanto económica como técnicamente gracias a la secuenciación masiva del material genético, un proceso eficiente y rápido que permite la evaluación simultánea de gran cantidad de genes.
El Ciberer puso en marcha el programa “genes en enfermedades raras no diagnosticadas” hace once meses. En él trabajan 60 grupos de 28 instituciones distribuidas por todo el país, 27 de ellas en Madrid y 18 en Barcelona, bajo la dirección del Instituto de Biomedicina, de Valencia dependiente del CSIC, con una dotación de 350.000 euros.
LA IMPORTANCIA DE LA INVESTIGACIÓN
«Investigar es avanzar», recogía el lema planteado por el Ciberer. Y un buen ejemplo el ensayo clínico con antioxidantes en la adenoleucodistrofia, una enfermedad neurodegenerativa que se hizo popular por la película “El aceite de Lorenzo”, para la que aún no existe ningún tratamiento eficaz. El equipo de Montserrat Ruiz, investigadora del Ciberer y del Ibidell de Hospitalet de Llobregat (Barcelona) ha desarrollado un modelo de esta patología en ratones que ha permitido seleccionar una combinación de antioxidantes que revierte los síntomas clínicos y frena la degeneración axonal.
Ya se están haciendo ensayos en pacientes, en concreto trece personas, aunque aún es pronto para conocer los resultados. En septiembre de 2013 se podrá saber si este cóctel antioxidante se muestra tan eficaz como en los roedores. El ensayo, que se lleva a cabo en la variante adulta de la enfermedad, supone también una esperanza para la adenoleucodistrofia infantil. Aunque el tratamiento, advierte Ruiz, no es curativo: “Se pretende que los pacientes sigan estables o mejoren, pero la mutación estará presente el resto de su vida. Pretendemos tener varias terapias antioxidantes para irlas cambiando cada uno o dos años”. Este esperanzador resultado es fruto de veinte laboriosos años de trabajo de investigación básica de la que ahora podrían beneficiarse los pacientes.
UN RESQUICIO DE ESPERANZA
Gracias a la investigación, pacientes como Ángel Relancio pueden tener un resquicio de esperanza. En 2010, el CSIC, en colaboración con el Instituto de Formación e Investigación Marqués de Valdecilla, obtuvo la designación del raloxifeno (un fármaco empleado contra la osteoporosis propia de la menopausia) como medicamento huérfano para el tratamiento de la HHT. Carmelo Bernabéu, es uno de los investigadores que dirigió la investigación. El hallazgo fue casual en un grupo de afectadas en edad postmenopáusicas a las que el doctor Zabarrieta administró el fármaco.
Vio que además frenaba las hemorragias nasales. La eficacia de este fármaco para su nuevo uso fue probada en un ensayo clínico, realizado en dos series y con un total de 30 afectados, en el Hospital de Sierrallana, en Torrelavega, centro de referencia de la enfermedad en España según la Fundación Internacional de HHT. El siguiente paso es “hacer un ensayo clínico a mayor escala, multicéntrico, que implique a pacientes de otros países porque obviamente no hay suficientes en España. Estamos tratando de conseguir financiación”, explica el doctor Bernabéu.
ENSAYOS CLÍNICOS: CARRERA DE OBSTÁCULOS
Los ensayos clínicos tampoco son fáciles de llevar a cabo. El bajo número de afectados hace que sea difícil reclutar a los pacientes. Otra dificultad es que requieren diseños especiales. A esto hay que añadir la incertidumbre sobre sus resultados, como señala Teodoro del Ser, director médico de Noscira. Sin embargo, añade, proporcionan información muy valiosa y abren expectativas terapéuticas para enfermedades que carecen de tratamientos eficaces y no que no son necesariamente raras. Es lo que ocurre con la parálisis supranuclear progresiva (PSP) una patología neurodegenerativa que presenta varias coincidencias con el alzhéimer. El ensayo de un fármaco de Noscira que se lleva a cabo en 24 centros de cuatro países ha permitido diseñar también otro ensayo para ver la eficacia del medicamento en la enfermedad de Alzhéimer.
FUENTE: ABC Periódico Electrónico S.A.
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